sueños convertidos en pesadillas,
sin ti, con sábanas de vida vacías
que me hacen el amor cuando duermo.
Simulacro de perderme en tu cuerpo,
crepita el fuego, no las cenizas,
¿quién lo apagó con llamas encendidas
de esperanza, de aliento y deseo?
Como hogeras de San Juan ardiendo,
me convierto en el estribillo
de las baladas que tocan tus dedos
Sobre mí, espejos de espejismos,
de lo que fuimos ayer, de esos celos
que me entran al saber que fuimos.