Me han dejado su corazón...

Pequeñas,caricias,que,acompañan♥

El juego del ángel-C.Ruiz Zafón-

Acaricié y besé cada centímetro de su piel como si quisiera memorizarlo de por vida. Chloé no tenía prisa y respondía al tacto de mis manos y mis labios con suaves gemidos que me guiaban. Luego me hizo tenderme sobre el lecho y cubrió mi cuerpo con el suyo hasta que sentí que cada poro me quemaba. Posé mis manos en su espalda y recorrí aquella línea milagrosa que marcaba su columna. Su mirada impenetrable me observaba a apenas unos centímetros de mi rostro. El juego del ángel-Carlos Ruíz Zafón.

martes, 29 de marzo de 2011

Luck

¿Dónde se siembra la suerte? ¿Quién cultiva la cuarta hoja de los tréboles? Volvía a rozar la cima de la irrealidad con un aluvión de preguntas existenciales de este tipo. En aquella ocasión, la suerte se reducía a encontrar cobijo para continuar la etapa del día siguiente. Probablemente, el camino se perdiese entre la niebla que cabalgaba desde las montañas y lo que el día anterior fue un posible campamento, hoy serían asustados excursionistas. Había comenzado a escribir un cuaderno de viaje, un diario de bolsillo para entregarle a mi pareja cuando volviera a casa. Los días son largos y duros y más en soledad. Pero era necesaria esta travesía para que consiguiera tener la visión de la vida que tengo ahora. Creo que hay un momento en el que todos debemos echarnos mercromina en aquellas heridas que nunca llegan a sanar del todo y que son un guardaespaldas el resto de nuestra vida. Sí, necesitaba desconectar. Y llegué a la conclusión más valiosa a la que he llegado nunca:
No intentes seguir un camino hacia la suerte, porque en todo sendero hay piedras.




Dedicado a esa personita que hoy me impulsó a escribir.

miércoles, 23 de marzo de 2011

you're changing me.

No debiera despertar del letargo que había adormecido todo mi cuerpo. Mi maquinaria se encontraba con unos índices muy bajos de combustible, precisaba de fuerzas que tirasen de ella. Pero no tenía esas fuerzas, quizá ni quería poseerlas. Ya no permanecían los residuos de lo que algún día fueron problemas sin solución, debido a que ya no sentía nada. El peor mal del ser humano, sentirse inútil e impasible ante la atmósfera de desafíos que hay ahí fuera. Yo ya ni padecía dolor ni nadaba en satisfacción, era imperturbable. No tenía los ánimos suficientes como para volver al campo de batalla a enfrentarme a un destino que no dependía de mí.



Es la tranquilidad del que no teme perder nada, porque ya lo ha perdido todo.

sábado, 12 de marzo de 2011

enciende tus pasos.

Me debatía entre la vida y la muerte, blandiendo una espada imaginaria contra su voz. El filo rozaba quizá su garganta y hacía que se retorciese de dolor cuando el metal cobraba vida. Siempre se me quedaba algo en el tintero, pero aquella vez estaba escupiéndolo todo a la vez, desordenadamente. Mis palabras hubiesen sido entendidas hasta por un extranjero que desconociese por completo el idioma en el que yo estaba pronunciando mi discurso. Sentencié un ''lárgate de mi vida'' para poner los puntos sobre las íes y no darle pie a que contraatacase. Pero volví, volví a estar en un tiovivo con payasos sin rostro y aviones que nunca despegan. Volvía a subirme a la cresta de la ola cuando el mar tenía mucha resaca, volvía a enfrentarme a él. Y por eso, una vez más volvía a perseguir a oscuras su sombra maldita cuando serpenteaba de noche para descargar el fuerte veneno que contenía. Súbitamente, perdía el sentido, su veneno me seguía matando.

sábado, 5 de marzo de 2011

Tú subes como la marea, yo bajo como la tensión.

Las luces enmudecen a lo lejos, en la línea de la costa. Como nuestras voces, que nunca se lanzan a hablar cuando deberíamos hacerlo. Es una deuda que todos los humanos guardamos con el espíritu del silencio, guardarle respeto. El mar arrastra algo a la orilla, pero también tiene resaca, y lo que te ha dado puede que te lo quite. Opon toda la resistencia que quieras, que si está empeñado en recuperar lo que es suyo, tus esfuerzos serán inservibles. Como una botella sin mensaje arrojada al mar por un náufrago, llegaste, dispuesto a que yo escribiese ese mensaje. No me dijiste cómo, esperabas que te sorprendiera. Pero las olas borran rápido las pisadas en la arena, antes de que pudiese dejarte una huella en la memoria, yo ya estaba en el pozo del olvido.

martes, 1 de marzo de 2011

at the end all you've got is you

Ella continuaba con la mirada perdida sobre ese tramo de carretera, esa curva. Ese espacio comprendido entre sus pies y lo que debían de ser los restos de su persona. La última frenada, la última inyección de estimulantes, la última conexión de neuronas, el último latido. Un intento de pantalla se interponía entre él y ella, no podía traspasarla porque ya no quedaba nada al otro lado. Vacío, esa era la palabra. El otro lado acogía una caída libre, un puente que en el juego de la oca te haría retroceder. El eco agonizaba el escenario, parpadeaban sus ojos frente a los ojos sin vida de la persona a la que más había amado; él continuaba sujetando en su mano el cigarrillo, a pesar de haberlo perdido todo. Un cigarrillo que seguía sin consumirse, y que tenía todo y nada a la vez todavía por quemar.
  • No, él no había muerto físicamente.











siniestro totalsiniestro totalsiniestro totalsiniestro totalsiniestro totalsiniestro totalsiniestro totalsiniestro totalsiniestro totalsiniestro totalsiniestro totalsiniestro totalsiniestro totalsiniestro total


Pero nuestro amor fue declarado siniestro total