Time is on my side.

Siempre tuve la tendencia de capturar mis sentimientos más queridos, mis emociones y todo aquello que me hacía feliz. De guardarlo en una jaula, sellarla con promesas, y no abrirla nunca más. Que fuese sólo mía, y nunca pudiese escaparse de mis manos, ni recuperar su extinta libertad. Así, yo podía disfrutar día a día del contenido de mi jaula, experimentar de nuevo la magia de la vida, como cuando la vida te da una segunda oportunidad para rectificar tus ''si hubiera''. Vivía aislada, era como si yo también hubiese sido introducida en aquel pequeño recinto, pero un día, sin saber por qué, la puerta se abrió súbitamente. Veía toda mi vida acumulada desvanecerse, volverse polvo y correr a otras manos. Aprendí una lección: el tiempo no se deja capturar rápidamente, poco a poco, se van haciendo méritos para ganárselo.